Nuestra Señora de Schoenstatt – Alemania

Schoenstatt. (s.f). Oración Alianza de Amor.

Nuestra Señora de la Schoenstatt no se originó en una aparición de la Madre de Dios como suele ocurrir en otros lugares santos como, por ejemplo, Lourdes o Fátima. Pero ella, ciertamente, se ha manifestado desde ese pequeño lugar; allí ha tomado una iniciativa divina, a través de un instrumento sacerdotal, el Padre Kentenich.

En el corazón de Alemania, muy cerca de donde se une el Mosela con el Rin, se encuentra Schöenstatt. En siglo XII cuando el arzobispo de Tréveris, regaló el terreno y a las monjas Agustinas para que lo ocuparan, lo califico de “un bello lugar” (en alemán antiguo: eyne schoene statt). De allí proviene el nombre de “Schöenstatt”. En el siglo XVI las monjas abandonaron el lugar y mucho tiempo después el predio fue adquirido por el Padre Palotinos. El padre José Kentenich (1885-1968) perteneciente a esta orden, funda la congregación Mariana, del cual nacerá unos de los movimientos más renovadores que ha conocido la Iglesia: el Movimiento de Schöenstatt.

El corazón del Movimiento fue la capilla que antiguamente había pertenecido a las monjas agustinas y que llamaron “Santuario”. Colocan la imagen de la Santísima Virgen que el Padre Kentenich bautiza con el nombre de “Mater Ter Admirabilis”, Madre tres veces admirable por ser Madre de Dios, Madre del Redentor y Madre de los Redimidos; y también admirable por su fe por su amor y por su esperanza. Se establece así una Alianza de Amor, sellándose la misma el 18 de octubre de 1914. Esta alianza de amor dio origen al movimiento apostólico de Schöenstatt.

Tres Gracias especiales se pueden alcanzar de la Santísima Virgen: la gracia del cobijamiento interior, la conversión de vida y la fecundidad apostólica.

Santuario de Nuestra Señora de la Schoenstatt

Hoy el Santuario Original en Schoenstatt es el punto central de un Movimiento internacional de renovación y un lugar de peregrinación conocido mundialmente. Existen alrededor de 200 Santuarios filiales réplicas del Santuario original en todas partes del mundo.

El pequeño Santuario en el valle de Schoenstatt, al igual que la pequeña ciudad que surgió en torno al mismo, es como un imán para miles de personas cuyas vidas se han visto transformadas por la Alianza de Amor.

A diferencia de lo que uno podría pensar, Schoenstatt no es un predio, sino es un pequeño pueblo, extendido a lo largo del valle que le diera el nombre de Schoenstatt («lugar-hermoso») al Movimiento, en el extremo oriental de la ciudad de Vallendar en el Westerwald, Alemania.

El mismo está rodeado de cuatro cerros que forman tres quebradas con sus respectivos arroyos que se unen en el valle para verter juntos hacia el Río Rin. El Movimiento ha ido extendiendo su presencia desde el valle, donde se encuentra el Santuario Original, hacia estos cerros y la historia de Schoenstatt les ha ido dando nombres: el Monte Schoenstatt (más hacia el sur), Monte Sión, Monte Moriah, Monte Tabor, Monte Regina. En cada uno de estos montes se encuentran las casas centrales de las diversas comunidades que conforman el movimiento, con sus respectivos santuarios y características propias.

Una pequeña Capilla dedicada a María, el Santuario Original, es la fuente de origen y centro del Movimiento Internacional de Schoenstatt. En este lugar, un grupo de jóvenes junto al Padre José Kentenich selló una Alianza de Amor con la Santísima Madre, el 18 de octubre de 1914.

Schoenstatt. (s.f). Visita al santuario original.

Si quieres conocer la ubicación de este hermoso Santuario, ingresa Aquí

Oración a Nuestra Señora de Schoenstatt

Querida Virgen de Schoenstatt, tres veces Admirable Madre, Reina y Victoriosa, ante ti vengo con ilimitada confianza, a pedir tu ayuda para que intercedas ante Dios y obtener lo que humildemente pido: (Realizar la petición). Tu Hijo Divino, nuestro amado Salvador Jesucristo, te entregó a mí como madre. En su sagrada cruz dijo estas palabras: “He ahí a tu Madre” me las dijo también a mí, y a ti te dijo: “He ahí a tu hijo”. Pues aquí estoy, arrodillado a tus pies.

Qué mayor consuelo tenerte como Madre. Hoy acudo a ti en mi angustia, me acerco orándote Madre, Reina y Victoriosa, tres Veces Admirable de Schoenstatt, porque estoy seguro(a) de que escuchas a tus hijos y todos los que han acudido a ti han recibido tu protección y ayuda”

Amén.